Largo se hizo el tránsito hasta mi primer destino en Argentina. En principio los retrasos causados por las cenizas y la tripulación y ya en Buenos Aires, las cenizas, presentes y visibles, me llevaron a tomar un colectivo, cómo dicen acá hasta Mar del Plata. Tras casí 50 horas de viaje y unas 11 colas llenas de solidaridad y paciencia, pude abrazar a mis amigos.
Y pasear por la playa y nadar en la pileta para no perder la forma.
Me encanta este país.
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